viernes, 25 de julio de 2008

Dos ánimas solas con un mismo destino

En el borde de tu falda
hoy te vienen a entregar,
madre fuerza de las aguas,
flores blancas en el mar

Jorge Drexler

El hombre sus días son como la hierba
Florece como la flor del campo
Un soplo pasa sobre él
Y no existe
Y nunca más se sabrá donde estuvo
Salmo 103


Son pocos y algunos no muy conocidos los filmes de Carlos Bolado, sin embargo son dos décadas desde que comenzó su travesía por la industria del cine. Bolado inicia su carrera cinematográfica temprano en su adolescencia como editor y sonidista en películas de Alfonso Arau, Carlos Carrera, Guita Schyfter, entre otros. Pronto comienza a producir documentales y cortos, donde se prepara para comenzar en el campo de la dirección. Promises (2003) es el resultado de un trabajo conjunto con Justine Shapiro y B. Z Goldberg. Bolado debuta como director independiente de largometrajes con California: el límite del tiempo (1998). La cinta fue premiada con siete Arieles, y nominada a mejor película, mejor ópera prima y mejor edición. Bolado en sus obras se caracteriza principalmente por la solemne creatividad al conjugar las culturas y las subculturas de los personajes, sus realidades, y sus miedos ideológicos. Los contrastes, la música y la sensualidad marcan un ritmo en sus películas.

Solo Dios Sabe (2006), su último largometraje se sumerge en la mente del espectador muy sutilmente. Alice Braga y Diego Luna en esta ocasión son Dolores y Damián. Dolores es profesora de arte en San Diego, inteligente y seductora; y Damián un periodista de un diario local mexicano, sensible y luchador. En un encuentro fugaz en una discoteca en Tijuana hará que sus vidas se crucen y que las leyes de la casualidad les jueguen una no tan inesperada aventura, solo Dios sabrá donde termina. Bolado funde tres elementos durante el filme: el engaño, la feminidad y el espiritualismo atravesados por la convivencia de sus culturas.

El avance de la película a manera de road trip ayuda a saborear el engaño, por ejemplo. Damián encuentra el pasaporte de Dolores y no puede regresar a EEUU. El secreto atraviesa ritos, cantos y fiestas populares mexicanas hasta llegar al DF para solucionar el problema migratorio de Dolores. Por otro lado, Dolores es feminidad. Lo ancestral de su cultura Orisha se convierte en rutina, y Yemanjá, diosa de fecundidad le regala un hijo proveniente del agua. Bolado entrelaza diversos paisajes que van desde lo desértico, al verdor de los valles, y a la tranquilidad de los ríos. El espiritualismo está presente durante todo el film. La estampita del ánima sola identifican a estos seres solitarios y diversos. Las velitas para los muertos y los altares de Damián. El agua y las ofrendas musicales a Yemanjá reviven en Dolores su pasado afro-descendiente. Dos culturas distintas que se juntan entre las áridas tierras de Pedro Páramo y la muerte y la sangre retratada por Ana Mendieta

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